sábado, 27 de diciembre de 2008

Marihuana y derechización

Las recientes propuestas anunciadas por el PRD, a nivel Asamblea del Distrito Federal y del Senado de la República, para la legalización de la marihuana, han ocasionado una serie de reacciones que solo me confirman que vivimos en una sociedad cada vez más derechizada. Entendí sin mayor problema la oposición del PAN y de los grupos conservadores, pues parte de su ideología está basada en el control de los individuos, aún en el ámbito de su propia intimidad, del uso de su propio cuerpo. Son las mismas corrientes que antes, y quizás ahora, consideraban delitos la homosexualidad o el coito anal; éste último, aún dentro de un matrimonio heterosexual.
La posición del gobierno de derecha es muy pragmática y su alcance es muy interesante, pues para que una persona no vaya a la cárcel por consumir marihuana, debe declararse adicto. Fieles a su adoración sistemática de lo gringo, la propuesta de Calderón solo copia esquemas estadounidenses, retomando la propuesta de su antecesor, Vicente Fox, el de los chistes involuntarios.
Respecto de la propuesta anunciada para la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, el jefe de gobierno actúa en consecuencia con sus ideas conservadoras. Qué tenga ese puesto en virtud de haber sido el candidato del “partido de izquierda” es una cosa, que él cambie su ideario es otra. Militante priísta en los años de Salinas de Gortari, promovió la asesoría del ex alcalde conservador de Nueva York, Rudolph Guliani, para la aplicación en la Ciudad de México del programa “Tolerancia Cero” que se enfoca a atacar a los pobres, sean delincuentes o sospechosos de serlo. No hay que olvidar que durante la período de Guliani en la ciudad de la manzana, se rompió record en la violación de los derechos humanos; los casos más atroces difundidos por la prensa fueron el asesinato de un negro con tan sólo catorce balazos por sacar de manera “sospechosa” su cartera, y la violación con macanas de policías de varios salvadoreños indocumentados en las mismas oficinas de la policía. La ideología de Marcelo Erbrad ha quedado bien manifiesta con hechos como la vejación y el homicidio masivos de jóvenes en el operativo “News Divine”. Por estas razones, era obvio que se iba a manifestar en contra.
Un poco extraña para la izquierdista bandera que enarbolan, pero explicable desde la perspectiva inmediatista y electorera, es la posición de Izquierda Unida que por joder a “Los Chuchos” se opuso a la propuesta. El problema de la propuesta de Victor Hugo Círigo, asambleísta por el PRD y miembro de Nueva Izquierda es que utiliza argumentos equivocados. Por una parte, dice que la legalización golpearía las finanzas del narcotráfico. Claro que no sería así, simplemente se les quita una línea de negocio, en el mejor de los casos se les reduce el espacio de rentabilidad, que si bien sería un beneficio, no justifica plenamente legalizar la marihuana. También dice que reduciría su consumo; si bien esto es posible, no hay garantía de que así sea. Hay razones más importantes, pero las desconoce o prefiero evitarlas.
Y luego Rene Arce, de la misma corriente de Círigo ha anunciado una propuesta en el mismo sentido pero con algunas variantes. En la primera están prohibidas la importación y la exportación de la yerba; en la segunda, el gobierno puede llevar a cabo estas actividades. En la primera hay límites para el consumo. La segunda parece chiste: obliga a los consumidores a tramitar una credencial que se use para la compra de la droga. Me recuerda las credenciales de cartoncillo que vendían cerca de la prepa y que identificaban al portador como “consumidor autorizado”, “adicto” o de plano “pacheco”. En esto coincide con la propuesta foxista, hoy resucitada por Calderón. Si alguien quiere fumar yesca, debe colgarse su etiqueta de drogadicto. Confío que esto no se vaya a extender al alcohol y cada Sábado tenga que mostrar mi credencial de “Adicto al Vino Tinto” para mis compras semanales de “Casillero del Diablo”.
Tanto Calderón (Fox) como Arce buscan un esquema similar al que el gobierno mormón de Provo, Utah (EE UU) utiliza para el alcohol, en el que el gobierno es el único proveedor autorizado y para beber en un bar, se debe ser “socio”; es decir susceptible de ser auditado por el consumo. Siento escalofríos sólo de recordar los kilómetros y kilómetros sin una licorería y decenas de tiendas de armas.
Ya que el PRD, y hasta los de Nueva Izquierda, que tanto se creen su nombre, se ubican de ese lado del espectro político, juguemos a colocar los posicionamientos en torno a la legalización de la marihuana en una recta de izquierda a derecha. Muy cerca del centro, tantito a la derecha está la propuesta anunciada en la Asamblea del D.F. A la derecha porque los argumentos son además de débiles, del lado conservador: legalizarla para que no la fumen. Un tufo moralista como el la iglesia católica que decía a la juventud que dios nos había dado libre albedrío y un cuerpo maravilloso, para que no usaran ese cuerpo. Arce se va más hacía la derecha y propone etiquetar a los consumidores, lo que permitiría no solo controlar la comercialización de la marihuana, sino también a los usuarios. ¡Qué bueno que estos políticos no defendieron la liberación sexual de los setentas!
Y más a la derecha están el PRI, el PAN, la iglesia protectora de pederastas y personajes entrevistados por Proceso hace unas semanas. En el artículo “Si se legalizara ..” publicado por la prestigiada revista, se entrevista a varios personajes que, salvo Círigo, coinciden en que la cannabis debe permanecer en la ilegalidad. Uno de los personajes ostenta un título en psiquiatría y entre sus trabajos más relevantes está el de Director de un penal donde los presos son vigilados continuamente y tienen prohibido masturbarse, el Penal de la Palma o “Almoloya”.
También entrevistan a una chica que afirma, sin citar fuentes, que está demostrado científicamente que la marihuana destruye neuronas. Con las reservas de no tener la fuente “científica” de tal afirmación, dudo que la yesca mate más células cerebrales que los inhalantes volátiles como el limpiador de computadoras, el tíner o el pegamento de contacto, tan de moda hoy en los estudiantes de secundarias particulares. Incluso, dudo seriamente que al menos inhabilite más áreas del cerebro que una rutina de cuatro horas de televisión por día, tiempo promedio que pasa un mexicano frente a la otrora caja idiota, hoy secretaría de educación en funciones.
A final del día nadie, ni los “izquierdistas” ni los defensores del individuo acceden a un argumento central: el derecho del ser humano a decidir sobre su propio cuerpo. Esta idea ya fue manejada por los partidarios de la legalización de las drogas blandas en los años setentas, pero ahora es rehuída por los políticos pues, además de la libertad para consumir vino tinto o marihuana, abre la puerta a otros movimientos liberadores del individuo: el derecho al aborto, al libre ejercicio de la sexualidad, a elegir la profesión a la que nos dedicaremos; en suma, a la libre elección y construcción de nuestras vidas. Algo que se repite mucho en los libros de autosuperación pero que en la práctica es abominado por la clase política.
En pleno siglo XXI, esta idea es calificada como libertinaje y degradación moral por el establishment, al que se ha incorporado cómodamente la “izquierda”. Pareciera que no hubieran pasado casi ciento cincuenta años de que un indio oaxaqueño definiera con precisión jurídica el límite de la libertad individual: “el derecho al respeto ajeno es la paz”. O más coloquialmente: mi libertad termina donde empieza la tuya, y ambas libertades miden lo mismo.
Todo lo contrario, estamos en un proceso de derechización que restringe día a día las libertades del individuo: el ejército en las calles, etiquetamiento de los seres para ejercer su libertad (violada, si quieres abortar; adicto, si quieres fumar; pobre, si quieres estudiar). Solo el excandidato presidencial del PAN, Fernández de Ceballos, lucha por la libertad de los que gustan de generar monóxido de carbono y alquitrán para arrojarlo a los sentidos de los que pretenden degustar su comida mientras ellos fuman.

sábado, 25 de octubre de 2008

Legalización de la Marihuana

"Cuni cuni, cantaba la rana
Y echaba las coplas de la marihuana"
(Canción tradicional mexicana)

Seguramente como una medida para recuperar la atención, después de protagonizar sendas y encarnizadas luchas intestinas por el control de sus respectivos partidos, miembros de las corrientes vencedoras han planteado la legalización de la marihuana. Primero el Partido Social Democrata, que dejo el nombre de Alternativa, hizo una declaración en este sentido y logró cierta atención de los medios.
Quien sí consiguió más reflectores fue Víctor Hugo Círigo, asambleísta del D.F. por el PRD que el 14 de octubre propuso que la Asamblea aprobara reformas a la Ley General de Salud que permitieran el uso de la mariguana, desde su siembra, consumo y transporte, hasta la existencia de negocios donde pueda ser vendida, así como el fomento de su aplicación en tratamientos terapéuticos. Si el pleno llegara a aprobar la propuesta, ésta deberá ser llevada al Congreso de la Unión pues es la única instancia del gobierno con atribuciones para modificar la Ley General de Salud. Si bien la mayoría perredista en la Asamblea Legislativa del D.F. hace imaginable que en esta instancia se apruebe la propuesta, las posibilidades se reducen de manera abrupta en las cámaras de diputados y senadores. ¿De veras cree el asambleísta que el PRI y el PAN, tan beneficiados por la ilegalidad de esta yerba, tanto por el narcotráfico como por la supuesta guerra en contra de él, van a permitir que este vegetal se legalice?
Quizás pueda aportar algo a la respuesta el hecho de que Víctor Hugo Círigo es miembro de la corriente Nueva Izquierda o “Los Chuchos” que hoy ha tomado el control del PRD. Este grupo se formó con los ex miembros de un partido (PST primero y PFCRN al final) creado por el inefable Luis Echeverría Álvarez en los años setentas para contrarrestar la fuerza del naciente Partido Mexicano de los Trabajadores. Es la misma corriente que propuso y aprobó las alianzas del partido de “izquierda” con el PAN y el PRI.
El argumento central del asambleísta respondía a la tozudez con que el gobierno federal insiste en utilizar únicamente la violencia para atacar al narcotráfico, sin buscar golpear su estructura financiera. Círigo afirma que de aprobarse la propuesta “se les pegaría en sus ganancias” y muchos reporteros tradujeron esto libremente como que se atacarían las finanzas del narcotráfico. En todo caso, se les quitaría una línea de negocio a estos emprendedores; sus finanzas se sostendrán en tanto el gobierno no ataque a sus empresas de lavado de dinero, cosa que vemos muy lejana e inexplicable (o explicable en demasía).
Apenas se había anunciado la presentación de la propuesta cuando las voces más progresistas del país como el PRI, la Iglesia Católica y sus voceros oficiosos en los medios de difusión masiva (televisión, radio y periódicos) desgarraban sus vestiduras ante un simple anuncio. Dentro del PRD, tanto la corriente rival (Izquierda Unida) como el Jefe de Gobierno del D.F. se manifestaron en contra, coincidiendo en sus argumentos con el PRI y el PAN; que la legalización no iba a disminuir el consumo sino a aumentarlo. Probablemente Izquierda Unida lo hizo como una manera de golpear a su enemigo interno y por otra parte evitando arriesgar su escaso capital político en una guerra mediática contra los conservadores. De Marcelo Ebrard no extrañó su posición, pues siempre se ha manifestado partidario de la onda policial.
Lo grave del asunto es que entre ese mar de declaraciones tanto de oportunistas como de conservadores, no supimos de información confiable proveniente de investigadores y de expertos. Los locutores y reportes, sempiternos faltos de conocimientos, solo divulgaban mitos e imprecisiones. Incluso, hubo uno que entrevistó a un perredista y le preguntaba por qué ahora sí estaban de acuerdo con lo que anteriormente había propuesto el pintoresco Vicente Fox. Fox jamás propuso legalizar la marihuana, sino solo despenalizar el portar de cantidades pequeñas para el propio consumo con la condición de que el portador se declarara “adicto”. La iniciativa se aprobó pero fue vetada por el propio Fox cuando el gobierno gringo le reclamó “legalizar el consumo”. Conservadores con doble moral, los gringos tienen este esquema en su territorio, pero ordenaron al abyecto Fox que no lo aplicara en México. Tan conservadora es esta iniciativa que Calderón la retomó hace apenas unos meses, para la desmemoria de nuestros locutores.
El problema con la iniciativa pro-gringa de Fox, retomada por Calderón es que exige que el consumidor recreativo de marihuana acepte la etiqueta de “adicto” para poder ejercer su hábito. Imaginemos que, tocamos madera, algo similar se aplicara al caso del alcohol; que todos los que acompañan su comida con un copa de vino tinto o que se toman tres tragos en la sesión del dominó los días Viernes, tuvieran que declararse adictos al alcohol para poder beber o comprar una botella y llevarla a su casa.
En lo personal no encuentro muchos motivos para mantener a la marihuana en la ilegalidad; quizás porque al no ser narcotraficante ni policía o militar vendedor de protección, ni político que viva del terror de los ciudadanos, no obtengo ningún beneficio de la prohibición. Tampoco me espanta su legalización cuando hay drogas más dañinas legalmente disponibles en casi todos los restaurantes (bueno, el tabaco ya no se permite en todos esos lugares, pero el panista Fernández de Ceballos ya está buscando revertir un poco esta situación para que mientras comamos un platillo exquisito, podamos gozar del humo del vecino). No conozco casos documentados de accidentes automovilísticos o crímenes ocasionados por el consumo exclusivo de la marihuana; cuando esta hierba se encuentra entre el menú del causante de un tragedia, va siempre acompañada de cantidades pantagruélicas de una droga legal, el alcohol.
No tengo noticia de estudios serios que indiquen que la marihuana es una droga más dañina que el alcohol y el tabaco. Quizás, como con el caso del petróleo, sería conveniente tener un foro con expertos que ilustraran a los congresistas y a nosotros sobre el asunto. Mientras, la marihuana se consume de cualquier modo y si alguien quiere fumarla tendrá que tratar necesariamente con narcomenudistas, que también venden cocaína, éxtasis, LSD y drogas más potentes y destructivas. Peor aún, contra las voces desinformadas (o desinformadoras) que afirman que el consumo de la marihuana está aumentando y que su legalización propulsaría más este fenómeno, está la triste realidad de que las drogas que han aumentado su incidencia entre nuestra juventud son la cocaína, las pastillas, y los inhalantes que se consiguen en cualquier tlapalería. Incluso el limpiador de computadoras está siendo utilizado por los estudiantes de secundaria de clase media para evadirse de vidas vacías.
¿Qué importa si la marihuana es ilegal mientras los adolescentes pueden comprar limpiador de computadoras en un supermercado? ¿A los que se desgarran las vestiduras con la propuesta oportunista de estos políticos, les preocuparía investigar la razón de que tantas personas usen drogas, legales e ilegales? ¿que jóvenes de todas las clase tenga que llenar sus vidas con psicotrópicos que van desde las caguamas hasta las drogas ilegales y las industriales? ¿O prefieren que las drogas sigan siendo utilizadas para llenar el vacío existencial, pero de manera ilegal para que el narcotráfico siga siendo la actividad más redituable de nuestra subdesarrollada economía?
La propuesta del PRD, si bien no ha sido lanzada con la idea de que se apruebe en el Congreso de la Unión, tampoco es tan radical como para imaginar que pronto la marihuana cosechará multitudes de adictos, que veremos gente fumándola en cada esquina. Tan solo proponen que se consuma en lugares cerrados, en los que no se venda alcohol ni se permita la entrada a menores de edad; prohíbe que se consuma en la calle y permite que se porten dosis personales, así como el cultivo en casa y, lo más importante, su uso medicinal.
Con la clara consciencia de que no se va a aprobar la iniciativa, vale comentar que en el caso hipotético de que así fuera, la legalización de esta hierba permitiría al gobierno controlar su mercadeo como suponemos que controla el alcohol y el tabaco. Adicionalmente, sería posible trasmutar las jugosas ganancias que actualmente le sacan los narcotraficantes en impuestos auditables, útiles para los rubros de la salud y la educación. El asunto de la adicción es más profundo y no depende de la legalidad o ilegalidad de una droga; así como tenemos conocidos que saben disfrutar un buen vino tinto sin emborracharse o un habano sin molestar al prójimo con el humo, también conocemos a otros que pueden probar una cerveza sin parar hasta llegar al nivel de inconsciencia o los que fuman con sus hijos a un lado.
La marihuana, como otras drogas, tiene usos recreativos y medicinales. El uso medicinal debe ser controlado por médicos. Por lo que toca al recreativo siempre queda el riesgo de que, al igual que con el alcohol y el tabaco, consumidores no educados fumen de más o se hagan adictos psicológicos. Esas políticas educativas que tanto necesitamos para reducir el abuso y las adicciones al alcohol y al tabaco, también serian necesarias en al caso hipotético de la legalización de la marihuana.
El tema de la adicción es más profundo y valdría la pena escuchar a expertos en el tema: psicólogos, psiquiatras, médicos, sociólogos; en lugar de la ignorancia evidente de los locutores y voceros de la mass media. Si tanto nos preocupan las adicciones (y no solo a la marihuana) cabría preguntarnos que clase de sociedad estamos construyendo que empuja a sus miembros a llenar sus vacías vidas con alcohol, tabaco, juego, televisión, Internet, relaciones destructivas y drogas ilegales. Qué clase de sociedad, en la que se valora más el poder económico que la sabiduría y en la que se aplaude la corrupción y el abuso, y se equipara la honestidad con la cobardía y la estupidez.
La marihuana fue legal en México, y en muchos países del mundo, hasta parte del siglo pasado. Obviamente, durante ese tiempo no se tuvieron noticias de narcotraficantes descabezando personas en pleitos por las rutas. Por lo que toca a su consumo como problema de salud pública era inexistente.
De tan tibia, la iniciativa ni siquiera manifiesta la razón primigenia para la legalización de las drogas que sí ha sido esgrimida en Europa: el derecho del ser humano a su propio cuerpo. El propio cuerpo es un área sobre la que, desde una perspectiva ética, no tiene autoridad el estado. Y eso abarca no solo el uso de sustancias psicotrópicas, sino el derecho a ejercer la sexualidad como cada quien desee. Para los que manejan el lugar común de la libertad que se transforma en libertinaje, el límite es preciso y fue enunciado de manera magistral hace más de 100 años por un indio mexicano: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Los cuatro pilares del narcotráfico

En las últimas semanas, frente a la embestida que el crimen organizado contra el estado, nuestra clase política ha hecho declaraciones y propuestas que van desde las bárbaras puntadas del PRI y del Partido Verde Ecologista (el único partido “ecológico” conservador que hay en el mundo) acerca de instaurar la pena de muerte hasta las oportunistas propuestas del Partido Social Demócrata y de la corriente Nueva Izquierda del PRD capitalino sobre la legalización de la marihuana.

Mientras tanto, los miembros del partido conservador (PAN) que ejercen el poder continúan con una guerra sin rumbo contra el narcotráfico que no ha reducido la oferta de drogas ilegales en EE UU ni en México, pero que sí ha recrudecido la violencia en nuestro país. Y cuando la sociedad se queja, nos dicen que esto va a durar todo el sexenio, que nos acostumbremos, y que no piensan renunciar.

Ante semejantes declaraciones, vale la pena explorar el fenómeno del narcotráfico. En un blog posterior trataremos el tema de la legalización de la marihuana.

El narcotráfico se apoya en cuatro pilares y la única forma de derrotarlo o al menos mitigar sus efectos es atacar esos cuatro pilares de manera simultánea. Nuestro gobierno se ha empañado en cambio en enfrentarlos precisamente por el flanco en que son más fuertes, la violencia. Por esta razón vale la pena revisar los cuatro aspectos de esta actividad ilícita.

La violencia.

Ciertamente el estado debe utilizar su poder coercitivo para contener las actividades del narcotráfico. Sin embargo, atacar únicamente este pilar es jugar el juego de los criminales y siempre termina en baños de sangre. Lo que está pasando en México ya pasó en Colombia y en Italia, aunque no con las dimensiones y brutalidad a las que nos han pedido que nos acostumbremos nuestras autoridades. Recordemos que los narcotraficantes no tienen nada que perder; desde el momento en que se enrolaron en esta actividad, dan por perdida su vida.

Adicionalmente, en nuestro país tenemos una simbiosis descarada entre los delincuentes y los cuerpos coercitivos del gobierno. Es emblemático que uno de los grupos más violentos de esta industria ilegal, “Los Zetas” se haya formado a partir de cuerpos de elite del ejército. Y a nadie le extraña que entre las bandas de delincuentes militen ex policías, policías en activo y hasta agentes del ministerio público.

Por desgracia, nuestro presidente ha decidido que la lucha contra estos negocios ilícitos se componga únicamente una guerra sin plan ante un enemigo evasivo y a la vez omnipresente, para obtener la fuerza política que sus dos predecesores obtuvieron de las urnas.

El poder financiero y económico.

El narcotráfico es eminentemente un negocio, por cierto uno de los pocos que ejecuta a carta cabal mantras de la administración moderna como el de Just-in-time. Sus operaciones buscan la obtención de dinero en grandes cantidades y de manera más rápida que los negocios legales; lo demás lo justifica en función de este objetivo. Por eso, golpear sus estructuras financieras es un arma efectiva y contundente en su contra. De hecho, la DEA tiene bloqueadas cuentas de muchas empresas mexicanas en EE UU y ha solicitado al gobierno mexicano que haga lo mismo con compañías establecidas en nuestro país sospechosas de lavar ganancias del narcotráfico.

Sin poder financiero, el narcotráfico pierde mucho de su poder y se vuelve poco atractivo. De manera inexplicable (o explicable en demasía), las autoridades mexicanas que prisa tienen en extraditar mexicanos no han hecho gran caso a estas peticiones; a menos que aprehender a una señora sin guardaespaldas en un restaurante haya colapsado las actividades del narco, pero sabemos que no ha sido así.

La pobreza.

Nuestro país tiene al segundo hombre más rico del mundo y a decenas de millones en la pobreza. Por nuestras calles pasean autos de lujo frente a familias que tienen que sobrevivir con menos de cien devaluados pesos diarios.

Mientras las posibilidades de acceder a un nivel de vida digno de manera legal sean ofensivamente despreciables (en su acepción estadística) para la mayoría de la población, el incorporarse a actividades ilícitas seguirá siendo atractivo. No importa si se trata del narcotráfico, los secuestros o la piratería. Hay más dinero que en un empleo, si es que lo consiguen.

La impunidad.

Asociado al punto anterior está el hecho de que es estadísticamente improbable que el culpable de un delito sea condenado en nuestro país. Por ejemplo, de cien homicidios, solo cinco llegan a tribunales. En el caso del narcotráfico, los locutores de la mass media nos hablan de cerca de 6,000 detenidos en este sexenio por los llamados delitos contra la salud (lo que implica 2 detenidos por cada muerto en el mismo período, vaya costo). .

La pregunta es cuántos de estos fueron procesados; y de ese pequeño número cuántos son condenados; y de esa otra irrisoria cantidad ¿cuántos realmente purgan su condena y no viven a cuerpo de rey continuando sus actividades delictivas dentro de la prisión? Policías corruptos, averiguaciones previas mal integradas, jueces benévolos y cárceles amables son algunas de las causas de que los delincuentes trabajen sin preocupaciones.

Combinando la pequeñísima probabilidad de acceder a un nivel de vida digno con la también diminuta posibilidad de ser condenado por ejercer el narcotráfico, se entiende la facilidad con que estos grupos pueden integrar sus filas con miles de desposeídos que ven en esto su única oportunidad de hacer dinero y gozar de la vida como los poderosos.

Por si fuera poco, cínicamente aplaudimos a los ladrones de cuello blanco y no nos extraña en absoluto que muchos de ellos jamás paguen por sus delitos. Ejemplos sobran: el Pemexgate y los hijastros de Vicente Fox.

Atacar solo uno de los sostenes del narcotráfico es hacerles el juego. Calderón cree que necesita del apoyo del ejército y de impactos mediáticos para sostener su presidencia y ha llevado al país a un baño de sangre que lejos debilitar al narcotráfico, lo ha hecho más violento. Su presidencia es un hecho jurídico y hasta el PRD lo sabe, ¿por qué continua con su campaña de legitimización tan a destiempo? No sabemos de crisis de oferta de drogas en EE UU, ¿verdad? Los narcotraficantes siguen cruzando sus mercancías mientras el país se vuelve más peligroso para el ciudadano común.

¿Por qué el gobierno federal no ataca los otros tres pilares del narcotráfico? Hay muchas respuestas posibles y las más de ellas son odiosas

URGENTE. Orden de aprehensión en contra de asesor de trabajadores

En el Estado de Chiapas se ha girado una orden de aprehensión en contra del asesor de trabajadores Rosalío Hernández Beltrán, acusándolo de despojo.

Ocurre que Rosalío Hernández asesora un sindicato y el movimiento fue reprimido a golpes por la policía estatal. Adicionalmente, se giraron órdenes de aprehensión en contra de trabajadores, de Rosalío Hernández y de uno de sus colaboradores. Varios trabajadores y un colaborador del asesor sindical fueron apresados y liberados después de varios días de cautiverio. Posteriormente, todas las órdenes de aprehensión no ejecutadas fueron desistidas, con excepción de la de Rosalío Hernández Beltrán.

El patrón, con el apoyo del gobernador del estado, dice que otorga el perdón de un delito no cometido a Rosalío Hernández, si él firma un documento en el que se compromete a no asesorar a trabajadores de este estado. Dado que semejante papel es contra derecho, el asesor de los trabajadores se ha negado a firmarlo y la orden de aprehensión está vigente.

Rosalío Hernández Beltrán fue fundador del Partido Mexicano de los Trabajadores, junto con Heberto Castillo, Demetrio Vallejo y Eduardo Valle. Ha asesorado a movimientos sindicales como el de Refrescos Pascual y Transportes Huerta. Fue diputado federal por el PRD y actualmente se dedica de tiempo completo a asesorar trabajadores. También ha escrito libros relacionados al tema sindical como "Los Patos y Otras Batallas" y las novelas históricas "Lombardo" y "Fidel".

Cabe mencionar que hace apenas unas semanas el mismo gobierno estatal reprimió a campesinos, hiriendo de bala a 20 personas y ejecutando con tiro de gracia a 3 de ellos que eran trasladados a un hospital. El chofer del vehículo que los llevaba también fue asesinado. No sabemos cuáles sean los límites del gobernador. Es urgente ponerle un alto para evitar que continúen los atropellos a la ley en Chiapas.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Seguridad y telefonía en México

Hay un lugar común en las películas gringas de espías y policíacas. El malo marca a la víctima o al muchacho chicho para amedrentarlo o darle algunas instrucciones mal intencionadas. La parte buena no es muy honesta con el villano y tiene, bien a su lado o interviniendo su línea telefónica, a un experto en telefonía con el objetivo de conocer su ubicación y acudir con la fuerza de la justicia y del imperio a detenerlo. La gastada escena nutre su acción del juego entre el malo y el bueno en torno a la duración de la llamada. El villano trata de hacerla corta y el asesor tecnológico de la víctima o del héroe le pide que haga lo posible por extenderla de tal forma que alcancen a localizar el origen geográfico. En las películas con mayor presupuesto aparecen gráficas tipo mapamundi en las que se trazando la ruta de la llamada desde del destino casi hasta el origen. La regla de dedo de los cineastas hollywoodenses marca en un minuto el tiempo necesario para ubicar al maloso (Zedillo dixit).

Esta escena se invento en los años sesentas cuando, supongo, la tecnología telefónica estaba basada en relevadores y las centrales públicas no tenían tecnología de computación incorporada. Quizás esto le daba al lugar común un poco de verosimilitud. Sin embargo, se ha seguido usando hasta fechas recientes cuando la tecnología de conmutación de llamadas es completamente digital y se tiene tanto el origen de la llamada como la ruta completa desde antes que sea contestada. Podríamos permitir al directo de la película que el bueno conteste para asegurarse que del otro lado de la línea está una voz malvada. Eso sí, apenas verificada la identidad o el propósito de la llamada, no hace falta más tiempo para ubicar con precisión al villano.

Esto viene a cuento porque no en una película, sino en nuestra cotidianeidad se ha dado otro lugar común: el uso de los teléfonos para la ejecución de varias actividades delictivas como la extorsión, el secuestro y las amenazas. Sabemos de fuentes oficiales que muchas de estas llamadas provienen del interior de los reclusorios. De fuentes menos oficiales pero más confiables sabemos que la inmensa mayoría de estos delitos quedan impunes y que, ante el descontento generalizado, el gobierno mexicano ha decidido restringir más nuestras libertades ciudadanas para simular la intención de atrapar a los culpables. Los legisladores están proponiendo, no obligar a las empresas telefónicas a conservar y facilitar de manera ágil la información de las llamadas, sino e levantamiento de un padrón de usuarios de telefonía con todo y huella digital, en el caso de los teléfonos móviles. En otras palabras, nos van a pre-fichar por si algún día nos da por el secuestro o la extorsión. Incluso un diputado declaró que según la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones, bastará con que alguien levante una denuncia en la que afirme que desde mi teléfono se le está molestando para que mi línea sea desconectada; en lenguaje llano, presunción de culpabilidad antes de la investigación.

Una visión superficial, tipo locutor de radio o de televisión, asociaría la propuesta a la ignorancia sempiterna de nuestra clase política. Por mi parte, creo que el asunto tiene otros vértices que debemos explorar: el tecnológico, el comercial y el sistémico. Acerca del primer tema tenemos lo siguiente:

  • Toda llamada que se cursa a través de redes públicas telefónicas, sean digitales o de Voz sobre IP, genera un registro en el que se almacena entre otros datos, el origen, el destino, la ruta que siguió, y los tiempos de establecimiento y de duración. Esta información, además de ser generada casi por omisión por las centrales públicas, es requerida por las regulaciones de todos los países y es de gran utilidad para la empresa prestadora del servicio. A partir de estos registros, llamados por lo regular Call Detail Records (CDR), se procesan las facturas, se descuentan los saldos de las tarjetas prepagadas y se obtienen estadísticas para balanceo y planeación de la red. Por estas razones, todas las empresas telefónicas los generan y los conservan por mucho tiempo. Un legislador propuso ayer con tibieza, y quizás con un poco de temor divino, que las empresas guarden estos datos por al menso un año. O no sabe como funcionan las empresa telefónicas, y entonces qué hace legislando sobre el tema, o es un simulacro, todo está pactado con las poderosas empresas de telecomunicaciones mexicanas, y solo se va a pedir lo que ellas ya tienen.
  • Si una persona recibe una llamada que pueda constituir o ser parte de un delito y da parte, la empresa telefónica puede informar rápidamente el número de origen y su ubicación geográfica. Si la llamada provino de un teléfono fijo, se puede tener la localización precisa permanente; si provino de un teléfono móvil, se puede determinar en que celda o célula (cell, su nombre original en inglés) de la red se encontraba al presunto delincuente al momento de la llamada, un área que puede ir de unos cientos de metros a cuando mucho algunos kilómetros cuadrados.
  • Si la llamada proviene de un teléfono público, una caseta, también es posible determinar con precisión el sitio de donde hizo la llamada. Aunque el delincuente intentara desplazarse muy rápidamente, no puede ir más veloz que un auto.
  • Todo lo anterior es posible con la tecnología que usan las empresas telefónicas hoy en día y, dado que hacen negocio con un bien público, se les puede obligar a proporcionar esta información de manera expedita a las autoridades, con los controles y seguridades aplicables.
Por lo que toca al tema comercial, todas las líneas telefónicas fijas están asociadas a una persona, física o moral, y a un domicilio físico. Por lo tanto, es posible saber, en cuestión de segundos el origen geográfico preciso de una llamada. Cierto es que queda abierta la posibilidad de que un número telefónico esté funcionando en un domicilio diferente al registrado por un problema en los proceso internos de actualización de Telmex, por negligencia de sus empleados, o por corrupción. Sin embargo, sabemos que esta empresa ya no es del gobierno, sino de la iniciativa privada y que este solo hecho, a decir de los panegíricos de las privatizaciones, la salva automáticamente de estos problemas.

Las líneas móviles en renta, también están asociadas a una persona moral o física que registra su domicilio fiscal en el contrato. En el caso de los teléfonos de prepago, la telefónica pide a los mayoristas, como prueba de venta, la garantía del equipo con los datos del usuario final. El mayorista debe pedirla a sus distribuidores, y estos a sus puntos de venta. Lo mismo debería aplicar para los chips SIM que contienen un número telefónico móvil. No ocurre así. La ambición y la demanda han obligado a que la distribución de los teléfonos de prepago se lleve a cabo en un esquema de red sin control efectivo, con muchas capas que pueden terminar en el comercio informal. Antes de pre-fichar a los usuarios de la llamada telefonía celular, podrían empezar por asegurar el cumplimiento de estos procedimientos.

Ahora que sí, como ha sido la tónica de los últimos gobiernos, les importa un comino la opinión de expertos y de ciudadanos, tendrán que incluir en la ley las soluciones a muchos escenarios como la clonación de números, mecanismos ágiles para denunciar el robo y los teléfonos en flotilla.
El último tema es el sistémico. Finalmente, ¿de qué sirven tantas leyes si los encargados de hacerlas cumplir forman parte con frecuencia de las bandas del crimen organizado, a al menos han llegado a un estadio de convivencia pacífica con los delincuentes? La mayor parte de las llamadas de extorsión provienen de sitios controlados por la autoridad, las cárceles ¿Por qué no hay dispositivos que bloqueen las llamadas de teléfonos móviles en esos lugares? ¿Cómo entran tantos celulares a las prisiones?

La propuesta tiene un objetivo inmediato para beneficio de los gobernantes sin perjudicar a los operadores telefónicos: aparecer en los medios y de esta manera posicionarse para las elecciones del año próximo. Éste, ya ni nos sorprende. Pero el otro, el de mediano plazo, es el peligroso. Se trata de utilizar la coyuntura política para restringir más las garantías individuales de la población. El objetivo trascendente es contar con una base de datos de las huellas dactilares de los usuarios de telefonía móvil más allá de las gubernamentales, como la del IFE.

Un poco de reflexión nos lleva a entender que semejante base poco ayudaría a resolver los crímenes telefónicos. Hoy, con o sin RENAVE, todos los autos tienen asociado un propietario y un domicilio; por supuesto que los delincuentes no son tan estúpidos para asaltar un banco a bordo de su propio vehículo, roban uno horas antes. Y de todos modos, los sicarios del narcotráfico se mueven por todo el país en caravanas de camionetas de lujo con y sin placas sin que ningún policía o soldado los detenga; ¿será diferente con los teléfonos?

Sería más efectivo utilizar la tecnología de los proveedores de telefonía para ubicar en segundos dentro de áreas muy pequeñas a los que están utilizando un teléfono, registrado a nombre de quien sea, para cometer un delito. Si no lo hace el gobierno, es porque tiene motivos más poderosos que nuestra seguridad.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Estatus de la Violencia en México

A tres meses de la tragedia ocurrida durante un operativo policial en el antro “News Dive” y en medio del baño de sangre en que Calderón ha sumido a México por una supuesta guerra contra el narcotráfico, cabe reflexionar sobre el estatus de la violencia legal y no dentro del país.

Uno. En la Ciudad de México, un gobierno que se dice de izquierda pero admira las tácticas represivas que promovió en su momento un alcalde conservador en Nueva York, emprende operativos para “salvar” a los jóvenes de las drogas. De esta manera, los jóvenes son víctimas por ambos flancos; por un lado, los narcotraficantes les venden drogas sintéticas altamente adictivas y por otro, los policías los extorsionan por hacerlo, pretender hacerlo o simplemente parecer que lo hacen. En suma, por ser jóvenes. En el caso de esta tragedia evitable los medios masivos de difusión (que sólo por un abuso del lenguaje pueden denominarse de comunicación) pasaron de linchar primero al dueño del antro que vive de sembrar el alcoholismo entre sus clientes, luego a la policía y un poco a las autoridades locales. Claro que no faltó la mentalidad conservadora que echó la culpa a los jóvenes por estar ahí, y a sus padres por no amarrarlos con la firmaza suficiente a la pata del sillón de la sala de estar (viendo televisión).

Los testimonios de los sobrevivientes y las imágenes profusamente transmitidas por los noticieros y por los sitios web de los periódicos contaron historias que a los viejos nos son familiares. Policías atacando a los jóvenes que buscaban salir, autoridades dialogando con el dueño del lupanar, perversos tomando fotos a jovencitas desnudas. Muerte de jóvenes, cárcel a los ejecutores directos y libertad a los responsables intelectuales. Para completar el nostálgico cuadro un delegado, un jefe de policía y otros funcionarios que ahora no tienen responsabilidad de lo que hacen sus subalternos mientras sus acarreados defienden, sin ser jueces ni tener elementos de juicio, al delegado para de esa manera poder conservar los espacios que han robado a la ciudadanía como vendedores ambulantes. Así, ni quien extrañe los tiempos del PRI.

Dos. En Morelia dos granadas matan a 8 personas y hieren a otras cien en medio de la tradicional verbena popular, apenas unos días después de que una veintena de albañiles fueron ejecutados y tirados en La Marquesa. Por cierto, en este primer caso los medios masivos de difusión se apresuraron a calificar a los difuntos, sin pruebas fehacientes, de “narcomenudistas”. Si bien la violencia relacionada al narcotráfico y a la delincuencia organizada ya había tocado población civil con los asaltos, secuestros, extorsiones y fabricación de culpables ejecutados por delincuentes, policías y soldados de uno u otro bando (o de ambos), ahora ha rebasado los límites de los contendientes armados para atacar de manera abierta a la ciudadanía común y desarmada.

El presidente legal, que la tercera parte de los electores no acepta como legítimo, aprovecha las muertes civiles para pegarle a sus contrincantes políticos por no aceptar sus propuestas económicas, específicamente las de índole petrolera, llegando al extremo de poner en la misma cesta a los criminales autores del atentado en Morelia, a sus opositores políticos y a la población que no se alinea con su desorientada guerra. Según su extraña visión, los ciudadanos que con justificado miedo no denuncian a los delincuentes, son cómplices de ellos; y aún más, son traidores de la patria, como si estuviéramos en una guerra internacional.

¿Qué puede seguir a esto? Los legisladores federales ya se apuraron y presentaron, junto con el presidente de la República, iniciativas de ley que endurecen las penas que, dada la sospechosa mediocridad con que son elaboradas las averiguaciones previas y la generosidad que actúan los jueces, con muy poca probabilidad serán purgadas por los delincuentes. También se reduce el presupueste en materia de agricultura y de comunicaciones para acrecentar el de seguridad. Es decir, el mismo medicamento pero con una dosis más fuerte; no ha sido efectivo en lo absoluto sino todo lo contrario, pero de manera contumaz hay que incrementarlo. Hay elecciones el año que viene y si se que quedan atrás en este tema, no salen en la tele.

Por lo que tocaría a medidas para combatir la impunidad, la estructura financiera del crimen organizado, la corrupción sistémica en las policías y ya no tan esporádica en el ejército y a mejorar la educación y las condiciones sociales del pueblo para reducir las listas de reclutamiento del crimen organizado, no son negocio para los mercenarios ni sirven para apuntalar un régimen sin legitimidad y con tendencia al fascismo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

“Taxistas” Agreden a Ciudadanos y Policías en Ecatepec

En un blog pasado hacía unas recomendaciones a los automovilistas que nos visitan de otros estados de la república y que tienen la necesidad de cruzar por la ex hacienda de Berriozábal, que si bien ha cambiado su nombre a Coacalco, no ha perdido esa mística de encomienda que permite al capataz, hoy presidente municipal, y sus secuaces, hoy policías, imponerse sobre los derechos de quienes tienen la malfortuna de cruzarse en su camino. Debo admitir que las recomendaciones rayaban en obvios sarcasmos, pero por desgracia están basadas en hechos reales.

Una de ellas indicaba olvidarse del cómodo automóvil nuevo y subirse en “una camioneta de carga habilitada con unas tablas para el transporte infrahumano, pintada de blanco, con distintivos de alguna agrupación de colectivos, TUMAC y Transportes Victoria son buenas opciones.” Para reforzar la seguridad se le recomendaba al conductor: “Quítele placas y cualquier calcomanía que identifique al vehículo, deje su licencia de conductor en casa” Si alguien piensa que exagero y no desea arriesgarse a visitar la tierra de Peña Nieto, basta que en el entronque de la autopista y de la carretera libre a Pachuca, cuente la cantidad de colectivas que circulan sin placas. Si adicionalmente el conteo se realiza a las 7:00 de la mañana, también hallará varios accidentes automovilísticos ocurridas a las vertiginosas velocidades del embotellamiento matutino; le será muy difícil encontrar uno en que no esté involucrada una camioneta colectiva.

Después en otro blog sobre el inminente aumento de tarifas de transporte colectivo en el Estado de México, advertía sobre el riesgo de permitir tanta impunidad a los miembros de TUMAC, Transportes Victoria y demás pandillas de transportistas. Después de notar que no les pasa nada por manejar como animales y de golpear otros automóviles y uno que otro pasajero, pueden pensar que tampoco serán castigados por conducir drogados, ebrios o al menos sarazos. Más allá, las calles les pertenecen; bloquean las avenidas desquiciando el tráfico sin que ningún locutor de Televisa se indigne como cuando los seguidores de López Obrador tomaron el Paseo de la Reforma, se paran donde se les antoja, instalan sus terminales (“bases”, les dicen ellos de manera por demás patética, como si fueran pilotos aéreos) en donde les place robando espacios a los ciudadanos; porque ellos son “la ley”.

Así que el día de hoy, un grupo de 200 pandilleros, autodenominados “taxistas”, y abanderados por una organización eminentemente clientelar que se atreve a llevar el nombre del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata, y por otra antes referida, TUMAC, agredieron a los ciudadanos coartándoles el derecho al libre tránsito sobre una de las principales avenidas de Ecatepec. Pero como no son una organización de trabajadores del volante, sino una pandilla, también ejercieron una vendetta contra los policías que acudieron al lugar en el que ellos protagonizaban su desmán. Golpearon a los policías, destruyeron las patrullas y robaron una pistola, ejecutando una venganza porque al decir sus líderes fueron reprimidos por policías durante la víspera por oponerse a unas obras municipales en la colonia que lleva el nombre de un luchador por la paz, Sergio Méndez Arceo. No afirman que fueron reprimidos específicamente por los policías que ayer salieron lesionados, pero da igual; “para que aprendan”, dicen los mensajes de otros mafiosos. De acuerdo a su lógica pandilleril, el objetivo no es castigar a quien hizo el mal, suponiendo sin conceder que así ocurrió, sino encontrar quién lo pague. Una forma nada ortodoxa pero muy difundida de “justicia”.

Grupos de choque, medios para el acarreo y para el fraude electoral; pandillas de delincuentes protegidos por los políticos priístas que, otrora en el PRI y hoy tanto en este partido como en otros, buscan imaginarios bancos de votos. ¿Algún día dejaran que verdaderos trabajadores y empresarios provean el servicio o seguiremos siendo sus victimas cautivas los millones de habitantes sin auto que habitamos la periferia de la ciudad? ¡Pero qué pregunta más inocente! El año que viene hay elecciones. Antes que castigados, los veo consentidos por políticos priístas necesitados de votos, de acarreados; y quizás de golpeadores.

Referencias:
1. El Universal; “Hiere turba de taxistas a tres policías en Ecatepec”. http://www.eluniversal.com.mx/notas/539407.html
2. La Jornada; “Ecatepec: 4 policías heridos al enfrentarse a transportistas”; http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2008/09/18/mas-de-200-choferes-arremeten-contra-policia-de-ecatepec

miércoles, 20 de agosto de 2008

Así que siempre sí ganó el "peligro para México"

En los momentos más álgidos de la guerra sucia, modo en que el PAN decidió conducir su campaña presidencial que inició en 2006 y que hoy, a pesar de contar con el fallo favorable del tribunal, aparentemente no ha terminado, se manejó con insistencia el argumento de que López Obrador era un “peligro para México” y que de ganar él la Presidencia el país se hundiría en una crisis de proporciones catastróficas. Fue tal la generosidad con que el PAN, dentro y fuera del gobierno, dentro y fuera del PAN, bombardeó a la población con semejante argumento que no hubo espacio para que su candidato, Felipe Calderón, divulgara las propuestas, planes y programas que impulsaría en caso de resultar vencedor. Entre tantas propuestas que no se divulgaron está la reforma petrolera, que como consecuencia de no haber sido planteada al electorado en la campaña y dada su trascendencia económica y política, debió ser puesta a consulta con los accionistas principales de PEMEX; es decir, nosotros.
Sin embargo, hoy no quiero escribir sobre el afán de privatizar las actividades más redituables de la industria petrolera, mientras a los mexicanos nos dejan una empresa con uno de los sindicatos más corruptos, avalado apenas ayer por el gobierno panista; mucho menos de la abyecta inclinación de los “Chuchos” del PRD por reconocer y apoyar a Calderón, pues tal actitud no me extraña en lo absoluto. Provienen de un partido formado por Luis Echeverría en los setentas para contrarrestar la fuerza del naciente Partido Mexicano de los Trabajadores liderado por gente como Heberto Castillo y Demetrio Vallejo. Al invento de Echeverría lo denominaron creativamente Partido Socialista de los Trabajadores. Su fundador y líder por décadas fue Rafael Aguilar Talamantes, hábil en la manipulación de masas con necesidad de vivienda, tracionó tanto a la organización que dio origen al PMT en los setentas; como a Cuauhtémoc Cardenas en 1988, al reconocer de inmediato el “triunfo” de Carlos Salinas. ¿Qué de raro tiene ahora que la Zavaleta, el Ortega y el Acosta se desvivan por quedar bien con Calderón, aún con el costo de una reforma que va contra los principios del partido al que dicen pertenecer, o del que se han apoderado?
Hoy quiero referirme a la crisis económica en que se encuentra sumido el país a pesar de que al “peligro para México” se le alejó del poder de la presidencia, Para ello no voy a utilizar datos proporcionados por “populistas” ni por “globalifóbicos”, sino por un organismo eminentemente capitalista, la Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN). En documento titulado "Radiografía de la economía y la industria mexicana", deducen que el segundo año del gobierno de Felipe Calderón estará marcado por la pérdida de dinamismo económico y el repunte de los precios.
En el crecimiento económico esperan apenas un 2.2%, debajo del 3.3% de 2007, y mucho muy por debajo del 7% que prometió el presidente del cambio. Para la producción industrial, decrementan sus expectativas de 1.9% a 1.2%, y para la manufacturera específicamente de 0.9% a 0.3%. En cambio, para la inflación oficial se eleva el pronóstico de 4.9 a 5.6%. Dudo mucho que los analistas hayan alcanzado a incluir los 3 incrementos a la gasolina y al diesel para este mes de agosto, por lo que habría que subir aún más esta cifra. En finanzas, tampoco ven mejoras, pues esperan un aumento en el precio del dinero, con tasas de interés de 8.2%, en lugar de 7.9%.
En el ámbito laboral, el autodenominado “presidente del empleo” reprueba igual que niño en la prueba “Enlace” o docente concursando por una plaza controlada por el SNTE. En el primer semestre de este año, el sector real de la economía generó poco más de 265,00 empleos, la cifra estacionalizada más baja en muchos años.
Si este informe, proveniente de uno de los grupos menos “populistas” y más favorecidos por la tecnocracia mexicana, muestra un panorama tan desalentador del país, no quiero preguntarles a los obreros, ni a la clase media baja, que han visto reducido de manera importante su poder adquisitivo. No quiero preguntar a los pequeños empresarios que, en comparación con los grandes consorcios que en promedio pagan setenta y cuatro pesos de ISR al año, además de la reducción del mercado, enfrentan un nuevo esquema de impuestos que los obliga a pagar siempre. Menos aún a las amas de casa de colonias populares, ni a los automovilistas que ven subir los precios del gas y de la gasolina mensualmente (bueno, este mes hubo promoción y la gasolina subirá tres veces).
Y a esto hay sumarle la ya cotidiana carnicería humana, a la que según las autoridades federales debiéramos acostumbrarnos porque al menos va durar todo el sexenio, y la inseguridad creciente para todos los niveles sociales. Mientras los grupos más corruptos del “pasado” como el SNTE o el sindicato petrolero ven reforzadas sus posiciones ¿Qué no era éste el escenario con que nos amenazaban Fox y el PAN si ganaba López Obrador? ¿Qué no fue anulado el “peligro para México”? ¿Qué la pasó a mi billete de veinte pesos? ¿Valió la pena permitir que Fox, Calderón y otras celebridades quebrantaran el estado de derecho “haiga sido como haiga sido”?
Tengo la impresión de que, como al alcalde neoyorkino de la serie ni tan infantil "Don Gato" (Top Cat), nos han timado, nos han robado, en pocas palabras, nos vieron la cara. Sí ganó el peligro para México. Y no era el Peje, sino Felipe Calderón.

martes, 5 de agosto de 2008

Aumento de tarifas a los colectivos de pasajeros en el Estado de México

En un blog anterior recomendábamos a los visitantes de la zona de Coacalco conducir camionetas colectivas para evitar ser molestados por los policías. Aunque ciertamente se trataba de un sarcasmo, no está exento de verdad. Porque cualquiera puede observar la enorme cantidad de colectivos que circulan en la periferia de la Ciudad de México sin placas, con chóferes sin licencia, en condiciones de insalubridad y de peligro para los pasajeros, y con trato por demás déspota hacía sus clientes cautivos, los pasajeros.

La noticia es que estos sufridos cafres y sus inescrupulosos patrones, contribuyentes incansables al deterioro ambiental del Valle de México, anuncian en los vidrios de sus vehiculos[1] que la tarifa mínima será de 7 Pesos, “próximamente”. El incremento puede sonar desproporcionado para los mexiquenses (sí , los que eligieron al más guapo), que actualmente pagan 4.50 como mínimo, y abismal para los vecinos de Chilanotitlán que pagan una tarifa base de 2.50 por el mismo servicio. Sin embargo, soy ave de mal presagio, es seguro que les aprobarán un aumento sustancial. No el 75% que hoy anuncian, pero sí algo cercano, por lo que la tarifa rondará los 6 Pesos.

¿Por qué es tanta la diferencia del pasaje mínimo entre el Estado de México y el Distrito Federal? ¿Tienen acaso otro precio las gasolinas? O ¿la presión atmosférica tan diferenciada causa un consumo mayor de combustible? O será que ¿los concesionarios y chóferes de estos vehículos gozan de un trato preferencial por parte del gobierno estatal?

Aventuro la última posibilidad porque además de tarifas tan altas, estos transportistas gozan de otros privilegios. Ya comenté que tienen libertad para circular sin placas ni seguro, y que sus conductores están exentos de la licencia de manejo correspondiente y del cumplimiento de leyes y reglamentos obligatorios para el resto de los mexiquenses. No solo pueden ignorar los semáforos y otras reglas de tránsito. Pueden portar armas contundentes como bates de beisbol, blancas como desarmadores y picahielos y en algunos casos, de fuego; también pueden beber cerveza y fumar marihuana en sus terminales que ellos de manera contumaz llaman “bases”, como si fueran pilotos aviadores o astronautas. Incluso pueden bloquear la circulación de las principales vías de acceso a la Ciudad, ocasionando un caos mayúsculo a cientos de miles de personas, y extorsionar a sus compañeros que no los sigan; en tanto que el procurador estatal los disculpará diciendo que nadie levantó una denuncia o que había un carril libre de los cinco y entonces no hay delito que perseguir.

Y ya en un plan menos aventurero, hay que decir que semejantes favores no son gratuitos. Las agrupaciones de transportistas se merecen este trato por méritos propios. Han servido a la patria de manera consistente, siempre apoyando al PRI. Lo menos, transportando acarreados a los mítines del otrora invencible Partido Revolucionario Institucional; más dedicados, cuando llevaban de un lado a otro a votantes compulsivos que querían votar una y otra vez, el mismo día, así fuera en distintas casillas[2], pero en todas las ocasiones por el mismo partido. Y ya de plano, comprometidos, como grupos de choque contra rivales políticos y organizaciones populares.

Un sutil ejemplo. En 1997, Cuauhtémoc Cardenas, del PRD, ganó de manera irrebatible la jefatura de gobierno del D.F. A unos días de haber tomado el poder, los transportistas mexiquenses declararon su inconformidad con algún funcionario del gobierno del Estado de México con oficinas en Toluca. Y que mejor manera de manifestar tal inconformidad que, en lugar de importunarlo en Toluca, molestar al vecino recién llegado. Así que bloquearon todos los accesos a la Ciudad de México. No me imagino el pesar de los funcionarios toluqueños. ¿Absurdo? Por aquellos años, aún vivía Hank González, corrupto y cínico[3] político, miembro prominente del grupo más conservador del PRI, el grupo Atlacomulco. En sus años no tan mozos este ahorrativo profesor rural había sido líder de los transportistas mexiquenses y en 1997 se enfrentaba a algo que su formación no le dejaba soportar, el triunfo avasallante de la oposición. Sabía que les urnas no lo son todo y para él la política era una lucha de grupos de poderes. Así que envío a sus huestes a estrangular la Ciudad de México para demostrarle a Cardenas quienes era él y su grupo.

Peña Nieto, actual gobernador del Estado de México, también proviene del Grupo Atlacomulco y se ha valido de gentes como los transportistas para llegar al poder. Tiene deudas con ellos y le son útiles. Por supuesto que les va a autorizar un aumento sustancial; quizás menor a lo que alardean las camionetas colectivas, para que los locutores digan (y el pueblo repita) “”Ah, menos mal!, gracias a la intervención de Peña Nieto”

Hay otro punto preocupante, la impunidad concedida a estos grupos. El gobierno local les ha permitido ejecutar delitos abiertamente sin ser perseguidos; desde las faltas de tránsito hasta los bloqueos y el consumo de drogas en las terminales. Si hablamos con los chóferes, ya no se ven entre ellos como compañeros de trabajo, sino como miembros de la “banda”, de un grupo que “es la ley” porque hacen lo que les viene en gana sin consecuencia alguna. Para eso son muchos y, si se hace falta, hay apoyo de allá arriba. Este cambio en su propia percepción los llevará más lejos. No olvidemos que muchos de los feminicidios de Ciudad Juárez fueron perpetrados por los “ruteros”, los chóferes colectivos de allá, quienes también empezaron por sentirse más miembros de pandillas que compañeros de trabajo.

Dudo seriamente que esto le preocupe a quienes los patrocinan, permitiéndoles la violación constante de leyes y reglamentos y que “próximamente” (como dicen las cami0netas) los premiaran con un aumento de tarifa. Para esos altos funcionarios estatales con ambiciones federales las agrupaciones de transportistas son peones que hay que mantener con vida para cuando haga falta. Mientras, las víctimas de su manera de manejar, de su agresividad y de su violencia ni siquiera cuentan para nuestro guapo aspirante a la presidencia o para sus colaboradores.



[1] Los que traen vidrios. Solidarios, aquellos que a consecuencia de un choque o de un pleito han perdido cristales y ahora los sustituyen con hules y cinta canela, también anotan el anuncio, sobre el plástico.

[2] A estas técnicas se las llama “Ratón Loco”, o bien “Operación Carrusel”. Son una aportación del PRI a la historia de la democracia mexicana, pero a últimas fechas, han sido utilizadas sin pago de regalías por el partidos “de oposición”.

[3] Hank González, profesor rural, acumuló una fortuna suficiente para que sus hijos sean dueños de bancos, galgódromos y zoológicos. Acuñó la frase “un político pobre es un pobre político”

miércoles, 2 de julio de 2008

Coacalco. Guía de sobrevivencia para automovilista

Estimado visitante de provincia, querido vecino chilango:

Usted que tiene que cruzar por la Vía José López Portillo y crea que la fama pública de tal ex presidente oriente a ciertas personas a actividades de robo y extorsión, piénselo bien. Porque tiene usted razón. Esta avenida, particularmente en la zona de Coacalco está bajo el control de dos de las mafias más poderosas en el Estado de México: las policías municipal y de tránsito de Coacalco de Berriózabal.

Sin embargo, no todo es tragedia y sirvan estas líneas como una guía, sino para hacer más placentero su paso por esta congestionada vía, sí para salir con vida y dinero de ella. Por favor, siga con atención las siguientes indicaciones:

  • En Coacalco no es penado el pasarse los altos, dar vueltas prohibidas ni embestir a otros vehículos. No, la policía de este municipio ya rebasó esa fase primitiva de la seguridad y está más preocupada por las cuestiones ambientales y jurídicas. Circular el día que no le toque, no traer la calcomanía de la verificación; esas si son faltas graves y peligrosas. Seguramente por eso son más altas las multas correspondientes; y sus primas hermanas, las mordidas.
  • Por lo anterior, revise el calendario y su reloj antes de ingresar a esta ex hacienda. También revise detenidamente su automóvil para verificar que ninguna de las calcomanías está borrosa, que sus luces y parabrisas están como salido el carro de agencia; que ese día y a esa hora, las autoridades capitalinas le han permitido ejercer su derecho al libre tránsito, consagrado en la constitución.
  • Si no es así, tenga usted mucho cuidado. En los tiempos en que el PAN gobernaba el municipio era común ver a los policías ganándose de dos mil a tres mil pesos por permitir continuar su camino un día Viernes a un vehículo nuevo proveniente de provincia, cargado con la familia del conductor visitante. De lo contrario, el coche sería llevado al corralón y: “pues a esta hora, yo creo que hasta el Lunes va a poder pagar la multa y sacarlo. ¿Trae sus maletas? Chéquele bien, si no para conducirlo de una vez al corralón”.
  • Pero esos tiempos de caos ya se terminaron, el PRI ha tomado el control del municipio, gracias a la afición por el dinero y las armas de los panistas hoy defenestrados. Ahora no va a ver usted a un policía en la calle recibiendo dinero cuando el castigo implica llevar el auto al corralón. Ahora hay organización; los policías lo llevan con todo y familia a un corralón en una avenida llamada Eje 8, en el que ciertamente se encierran los autos. En un despliegue de eficiencia, el corralón no obliga a los policías a quedarse a levantar su reporte ni tiene una caja que expida recibos por el pago de multas. Los policías reciben una ficha y son anotados en una lista (quizás para premios a la productividad) y de inmediato se retiran para buscar otro vehículo que llevar al corralón. Ya ahí puede usted negociar, ora sí que en lo oscurito, con el jefe en turno, encerrado en una oficina poco iluminada a la que se llega a través de una salita en la que policías armados cuentan sus piadosas aventuras. Y si es tal el empeño que los policías ponen en su trabajo que el pequeño lote se empieza a llenar, otro policía sale a conversar con los conductores para ayudarlos a recuperar sus vehículos. ¡Fin a la corrupción! Bueno, en la calle, a la vista de todos; ahora es en un recinto oficial, con guardias armados.
  • ¿Cómo evitar estas incomodidades? Le recomiendo viajar en una camioneta de carga habilitada con unas tablas para el transporte infrahumano, pintada de blanco, con distintivos de alguna agrupación de colectivos, TUMAC y Transportes Victoria son buenas opciones. Quítele placas y cualquier calcomanía que identifique al vehículo, deje su licencia de conductor en casa y súbale todo el volumen a las canciones del “Gallo de Oro”, de “Nigga” o lo que se oiga más duro. Ignore los altos, deténgase un minuto en la salida de alguna calle y si puede beberse una caguama o fumar un cigarrito de marihuana antes de salir, mucho mejor. En ocho años no he visto una sola camioneta colectiva que haya sido detenida por los policías de este municipio. Y los entiendo, ¿qué licencia les infraccionan si no traen? ¿qué placas les quitan si ni siquiera las han tramitado en los años que tiene circulando la camioneta?

martes, 3 de junio de 2008

Harvard Business Review y la reforma petrolera de Felipe Calderón

Mi primera aproximación al tema petrolero fue, si descuento los homenajes anuales en torno al 18 de marzo en la primaria, el movimiento liderado por Heberto Castillo a fines de los setentas y cuyos argumentos se encuentran plasmados en forma por demás didáctica en el libro “Huele a Gas: Los Misterios del Gasoducto”[1], coescrito por el inventor del Vector Activo o trililosa y el genial caricaturista Rius.

Lo primero que me llamó la atención en aquel momento fue la frase utilizada para denunciar la entrega malbaratada del petróleo al gobierno gringo. Decía el Ing. Castillo que se estaba vendiendo el petróleo al igual que otro vende caoba como si fuera leña. Afirmaba que el petróleo genera riqueza donde se consume, no donde se produce; que por esta razón PEMEX debería orientarse más a la petroquímica y menos a la extracción. Como Heberto Castillo era el dirigente del único partido efectivamente de oposición, el Partido Mexicano de los Trabajadores, sus argumentos fueron ignorados por el gobierno, aunque el movimiento social que dirigió sí logró impedir el proyecto de un gasoducto hasta Texas.

Ahora en medio de los debates, además de la plétora de expertos que están derribando los sofismas de la reforma petrolera, es también una revista eminentemente capitalista la que le da la razón al Ing. Castillo. En el número de marzo de 2008 de Harvard Business Review[2] aparece en la sección Forethoughs el artículo “Megaregions: The Importante of Place”.

El argumento central del artículo es que la economía mundial está organizada alrededor de una docena de mega-regiones que concentran la actividad económica y la innovación a nivel mundial. Estas mega-regiones están compuestas por ciudades con sus zonas conurbadas y aún por conjuntos de ciudades disjuntas entre sí, pero involucradas económicamente. Lo que nos atañe en este caso es ¿cómo es que identificaron a estas mega-regiones? Tim Guiden, de la Universidad de Maryland usó imágenes satelitales tomadas sobre áreas del globo en horario nocturno para localizar regiones contiguamente iluminadas, porque de acuerdo al investigador este factor es un indicador de actividad económica. Después pudo correlacionar estas regiones iluminadas de noche con datos económicos como el producto interno bruto para tener un valor que denominó LRP (producto regional basado en iluminación o light-based regional product). El resultado es avasallador: estas doce mega-regiones, ostensibles consumidoras de energía, concentran el 66% de la actividad económica mundial y el 86% de las innovaciones patentadas.

¡Así que el líder del PMT tenía razón! La riqueza se genera donde se consume la energía, no donde se produce. ¿Así que de acuerdo a la revista de negocios Harvard Business Review el famoso tesoro de Calderón no va a sacar a México del subdesarrollo? ¿Qué tenemos que aprovechar esa energía nosotros y no ofrecerla como reserva estratégica a otros?

Es una revista de negocios a la que de todo podemos catalogar menos de “populista” o de “izquierdista” le da la razón a Heberto Castillo y otros opositores a la reforma petrolera de Felipe Calderón ¿Podríamos nosotros reconsiderar sus tesis y buscar que este recurso no se extraiga de manera compulsiva y sí se procese para beneficio de los mexicanos?


P.D. Ahora que el tema es la reforma petrolera de Felipe Calderón y la oposición a ella de diversos actores, algunos cercanos al FAP, otros no tanto, no han faltado los locutores que para descalificar a López Obrador, al PRD y sus seguidores los tachen de ignorantes, de desconocer como se dio la Expropiación Petrolera en 1938. La realidad es que hay menos conocimiento sobre el tema entre los seguidores del PAN y de sus voceros en la televisión y en la radio. Para paliar esta deficiencia, les ofrezco las ligas a una serie de artículos del maestro Gónzalo Martínez Corbalá, publicados por La Jornada y asequibles en su sitio web:

http://www.jornada.unam.mx/2008/03/31/index.php?section=opinion&article=020a1pol

http://www.jornada.unam.mx/2008/04/14/index.php?section=opinion&article=022a1pol

http://www.jornada.unam.mx/2008/04/28/index.php?section=opinion&article=019a1pol

http://www.jornada.unam.mx/2008/05/12/index.php?section=opinion&article=019a1pol

http://www.jornada.unam.mx/2008/05/26/index.php?section=opinion&article=025a2pol



[1] Castillo Martínez, Heberto , Rius (Del Río, Eduardo); “Huele a gas: Los misterios del gasoducto”; México, D.F. Posada, 1977.

[2] Florida, Richard; “Megaregions: The Importante of Place”; Harvard Business Review, March 2008; hbr.org

jueves, 29 de mayo de 2008

REPORTE DE VIAJE A OAXACA

La semana pasada tuve la fortuna de visitar la ciudad de Oaxaca por un asunto de la consultoría. Debido a nuestra ineluctable capacidad de descoordinación, no pudimos volar sino que llegamos a tan bella ciudad por autobús; eso sí, más cómodo que el avión. Tan mal quedó nuestro itinerario que teníamos que tomar el camión de regreso a la Ciudad de México al caer la tarde. Sumamos las seis horas y media de trayecto y me veo pasada la media noche buscando como llegar a mi pueblo. Así que preferí cambiar mi boleto para regresarme a la media noche de Oaxaca, dormitar en el autobús, y llegar a la otrora Ciudad de los Palacios con la luz del día. Además, este cambio me permitiría extender el alcance de mi viaje, pasando la tarde en el centro de Oaxaca.

Vaya que fue una decisión acertada: pude disfrutar una comida exquisita en "La Casa de la Abuela", mirando las plazas al amparo de sopa de guías, chapulines, mole negro, mezcal y café de olla. Después eché a andar por las plazas y el corredor turístico. En los pórtales estaba un plantón de la sección veintidós del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y algunos puestos de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca, de grupos en contra de la reforma petrolera de Calderón, y hasta del Partido Comunista de México (Marxista Leninista) que trasnochadamente lucía una bandera con la efigie de José Stalin. El ambiente era divertido, sin la hediondez mencionada por los medios y sí con la oportunidad de adquirir videos sobre los movimientos sociales del sur del país. Por supuesto que además visité el Museo de los Pintores Oaxaqueños, el de Culturas y el de Arte Contemporáneo y gocé el corredor turístico librando varios grupos bastante numerosos de turistas gringos y europeos.

Una vez que el calor me venció y los museos cerraron, me senté en un restaurante de los pórtales para disfrutar el anochecer húmedo y ardiente. La plaza parecía una verbena con los vendedores de discos piratas por un lado y los sindicalistas del magisterio por otro. Lo mismo escuchaba canciones de protesta, que cumbias y pasito duranguense. Una cerveza helada reconciliaba mi pobre condición física con el clima cuando empecé a ser abordado por niños y jovencitas ofreciendo artesanías; demasiado tarde, ya había ejercido el presupuesto correspondiente en los puestos del corredor turístico. A todo decía que no de manera casi automática; y digo casi porque con frecuencia me distraía con la belleza de una oaxaqueña o de una turista cruzando la plaza. Este comportamiento se colapsó cuando un niño al que le había rechazado su oferta de collares me preguntó si le regalaba uno de los cacahuates que el mesero me había puesto de botana para que me diera más sed. Se los dí todos en una servilleta y mientras se alejaban él y su hermanito comiéndolos con peligro de atragantarse, empecé a ver las cosas desde una perspectiva más sistémica. Vino a mi mente mi queja inicial porque en el hotel no tenían Internet inalámbrico en las habitaciones, porque no conseguí conectarme al ciberespacio en ningún café o restaurante, así como la gran cantidad de pintas y de carteles exigiendo la libertad de los presos políticos y denunciando la represión ejercida por los gobiernos federal y local hace dos años.

El regreso no fue tan reparador como había planeado, pues en el trayecto mi sueño fue interrumpido dos veces. En la primera se prendieron las luces interiores del autobús y abrí los ojos para encontrarme con un policía de migración que me buscaba rasgos guatemaltecos. De inmediato puse mi cerebro a trabajar para recordar el nombre del presidente municipal de mi pueblo; no fuera a terminar mi viaje en un centro de detención para indocumentados. La segunda vez fue un joven soldado quién me despertó para amablemente obligarme a abrir mi maleta y el estuche de la laptop; y de esta manera, comprobar que entre mis calcetines sucios no llevaba marihuana ni alguna otra droga alucinante.

Oaxaca: espero verte pronto.

sábado, 17 de mayo de 2008

De acciones gratuitas e inútiles

DE ACCIONES GRATUITAS E INÚTILES

  1. En una acción eminentemente mediática, el gobierno colombiano envío a la INTERPOL la computadora que, según el ejército colombiano, pertenecía a Reyes, líder de las FARC a cargo de las negociaciones para liberar a los rehenes que a causa de una estrategia equivocada mantiene este grupo insurgente en su poder. Si bien la INTERPOL certificó, con la autoridad que le da ser policía y no un grupo de expertos en computación, que los archivos de la laptop de marras no han sido alterados, no se atrevió afirmar que esta información hubiera sido efectivamente escrita o desarrollada por el guerrillero. Por supuesto que esto último es imposible de probar toda vez que el supuesto dueño fue muerto y son sus asesinos los que afirman que era su computadora; así nomás, sin testigos ni manera alguna de corroborarlo. Si la palabra bastara en estos casos, buena chamba se habrían ahorrado los corporativos gringos y sus filiales con la Ley Sarbabes-Oxley que exige que además de los propios archivos y mensajes electrónicos haya mecanismos automatizados (software) de control que permitan asegurar con un nivel mínimo de duda la autoría y autenticidad de los datos. Claro está que los locutores mexicanos dan como absolutamente confiable la palabra de un ejército que violó las leyes internacionales al ejecutar un bombardeo y una incursión armada en el territorio de otro país sin mediar declaración de guerra ni comunicado alguno.
  2. Un juez ecuatoriano ha realizado una acción que con antelación se sabia gratuita e inútil. Ha ordenado que los sobrevivientes del ataque el ejército colombiano en territorio de Ecuador no abandonen el país y ha solicitado su extradición al gobierno de Nicaragua, donde estas personas están en calidad de asiladas políticas. Si pide la extradición es porque sabe que están fuera del país, ¿entonces para que dicta la orden de que no salgan del país? Por otra parte, era harto previsible que el gobierno de Daniel Ortega, apoyándose en el derecho de asilo, no iba a conceder la extradición. ¿Le sobra tiempo a los jueces ecuatorianos? ¿O acogidos a San Judas Tadeo son defensores de causas pérdidas? Aunque para los mexicanos acostumbrados a que la justicia está alineada con las decisiones del poder ejecutivo, no deja de ser interesante saber de un país en el que los jueces no siguen fielmente las ideas del presidente. En México, cuando el caso de Ernestina Ascencio, hasta a Comisión Nacional de Derechos Humanos tuvo que hacer esfuerzos de irracionalidad para ajustarse al veredicto que sin conocer el expediente había emitido previamente Felipe Calderón.
  3. Hay un detenido en Costa Rica que enfrenta la posibilidad de la cárcel en ese país caribeño que busca afanosamente evitarla, cosa de la que no podemos culparlo pues como decía Piporro: “Dicen que las rejas no matan,/pero más vale que no me metan;/qué tal si después/ya no me sacan”. Como su estancia en ese país es ilegal, está buscando ser deportado por segunda vez a México y para ello ha declarado que él viajó con Lucía Moret a Ecuador como parte de un maligno complot guerrillero que no solo incluye a los mexicanos agredidos y a sus anfitriones de las FARC, sino también a la APPO, cuyo líder tuvo que ser liberado recientemente ante la falta de pruebas que sostuvieran las acusaciones del gobierno en su contra. Nuevamente, las dóciles voces de los locutores lectores de noticias han tomado este dicho como indudable, seguramente por la calidad moral del detenido. Dado que las afirmaciones de este individuo no pueden ser probadas, no servirán de gran cosa pero ya han cumplido su objetivo de desviar la atención y junto con las otras acciones gratuitas e inútiles jurídicamente, han creado una cortina de humo en torno de la acción ilegal del gobierno colombiano que ejecutó acciones de guerra en un territorio extranjero. Acción grave tanto por sus implicaciones legales como por la alevosía con que fue ejecutada.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Bombas y Emos

Hace unas semanas, una bomba estalló en las manos, se dice, de su portador y ejecutor de un atentado terrorista contra un alto mando de la policía capitalina. Después de la usuales elucubraciones de los medios masivos de difusión que incluían al grupo guerrillero Ejército Popular Revolucionario (EPR), la información proporcionada por el gobierno local apunta a un atentado del narcotráfico contra un alto mando de la policía capitalina. Ambas hipótesis adolecen de sustento lógico.

El EPR, si bien es un grupo armado que ha utilizado explosivos, regularmente lo ha hecho evitando la muerte de civiles. Más aún, la versión de que la bomba iba a ser colocada en la glorieta del metro Insurgentes aleja más la posibilidad de que esta guerrilla hubiera atentado contra la base a la que pretende convencer: el pueblo de a pié.

La versión oficial acerca de un atentado del narcotráfico contra un director de la policía capitalina también es endeble. ¿De cuando acá los narcotraficantes son tan sofisticados y se complican tanto para matar a un enemigo? Han matado capos y jefes de policía (que muchas veces vienen a ser lo mismo) a plena luz del día, en lugares públicos y con la simplicidad de un comando armado al que curiosamente nadie detecta ni mucho menos detiene. Pero aún, el estacionamiento donde según la versión oficial se iba a depositar la bomba no es donde los altos mandos dejan sus autos; ellos los estacionan dentro del edificio que alberga la Secretaría de Seguridad Pública, no en el camellón de Avenida Chapultepec. Y el poder de la bomba no alcanzó para destruir un coche viejo y dos de modelo reciente; difícilmente iba a destruir el auto de un jefe policíaco, que con mucha probabilidad estaría blindado.

El video que Televisa proyectó antes que las autoridades y que usa para convertirse en juez y demostrar que la chica herida era parte del atentado, muestra a un tipo que no tiene una idea clara de lo que porta. Balancea a bolsa con la bomba como si fuera el bolso de mano de su novia. ¿Es éste el comportamiento de un terrorista profesional?

Algo que también llama la atención es el uso de un explosivo plástico de circulación restringida y que en México solo es manejado por el ejército. La dinamita utilizada por el EPR para volar los ductos de PEMEX el año anterior es de uso común en la industria minera y de la construcción por lo que finalmente se puede conseguir. No es el caso del explosivo utilizado en Avenida Chapultepec. Como mencioné en un blog pasado, creo que no conoceremos la verdad de este hecho.

En otro orden de cosas, al menos aparentemente, el 7 de marzo una pandilla de golpeadores atacaron a un grupo de jóvenes “emos” que se reúnen en el centro de la conservadora ciudad de Querétaro, enclave del partido en el poder, el PAN. El ataque fue precedido de “convocatorias” por Internet dirigidas a otros grupos de jóvenes que gustan de música excluida de los medios comerciales: punks, metaleros, skatos. Y la convocatoria a su vez fue antecedida por una campaña subterránea dentro del ambiente rockanrolero mexicano de denostación de quienes se presentan como emos y que también escuchan música de rock y están marginados de la cultura y del entretenimiento oficial. Una campaña eminentemente fascista que discrimina a los otros por ser diferentes dirigida a un grupo de también discriminados.

Resulta curioso que la consecuencia históricamente lógica de la campaña de discriminación contra los emos, un ataque violento, se diera en un bastión de la derecha mexicana, en la cuna del sinarquismo, en la zona donde el partido en el poder tiene mayor apoyo, en una zona donde los combatientes derechistas del Yunque operan sin mayor problema. Después se convocó a otro ataque en el Ciudad de México que no prosperó pues la policía capitalina intervino, pero ¿por qué primero en un sitio tan derechista? ¿Por qué la policía queretana no actuó como la chilanga si también se supo con antelación del ataque? Por cierto las fotografías y los videos muestran revueltos a jóvenes con las típicas indumentarias punk y metalera, a jóvenes con ropa más común (“de calle”) y hasta adultos bordeando los treinta sin mata metalera ni mohica punketa, sino cabello discretamente corto. En los setentas les llamaríamos “orejas”, infiltrados, provocadores o simplemente policías.

¿Qué ocurrirá ahora con los chavos que caminen por las calles céntricas de Querétaro vestidos como Rob Halford o como Sid Vicious? ¿Serán cordialmente invitados a largarse de ahí como nos corrieron de Aguascalientes en los noventas tras la cancelación del concierto de Black Sabbath? ¿Permitirán las discotecas la entrada a jóvenes emos, skatos, punks y metaleros?

Lo peor del caso es que la ignorancia hizo gala de su presencia en Internet con miles de mensajes apoyando la golpiza; hubo quienes filmaron y subieron videos de la “hazaña” de cien contra veinte a youtube.com. Como siempre, hay un número enorme de “rockanroleros” a quienes mueve más el rencor que le música, almas cuya pulsión principal es Tanatos y no Eros, la destrucción a falta de posibilidades creadoras. Hoy recuerdo a los más gandayas de los punks en los postreros setentas; agresivos y drogos, hoy son en su mayoría policías y delincuentes. Bueno, casi lo mismo.

¿Son inconexos estos dos eventos, el bombazo y la golpiza a los emos? Juzguemos. Mi oficina es cercana al sitio del bombazo. Pasamos la tarde de tan infausto día en un restaurante de la zona entre cervezas y rumores, elaborando conclusiones sin fundamento. La semana siguiente me la pase pagando parquímetros porque la policía nos impedía el paso a nuestro estacionamiento. Por supuesto que es una molestia, pero me resigné cuando recordé lo que uno de mis compañeros de trabajo dijo al salir del restaurante ese Viernes:

- Imagínate. Dicen que iban para la glorieta ¿Cómo sabes si alguien de la gente que te encuentras en el camino trae algo? Ya no vamos a andar a gusto.

Quien haya perpetrado el atentado, cumplió su objetivo: sembrar el miedo, la paranoia. ¿Conviene esto a los narcos o a los guerrilleros? No creo. ¿Conviene a gobierno federal tan dado a consentir a los militares, subiéndoles el sueldo y perdonándoles la violación de algunas mujeres? ¿Conviene al gobierno local que antes invitó como asesor al alcalde derechista de New York, durante cuyo mandato se violentaron los derechos humanos de las minorías?

Y si a eso le sumamos un clima de intolerancia no solo hacía los marginados, sino también entre ellos, solo queda pensar en la configuración de un ambiente propicio para el militarismo, para el fascismo. Ciudadanos paranoicos aceptando sin mayor preocupación retenes y revisiones, intolerancia hacía los heterogéneos, y carne de cañón brindada por los miserables. ¿Le convendrá a Felipe Calderón? Se acerca 2010 y los supertisciosos le tienen miedo a los ciclos.