lunes, 19 de noviembre de 2018

EL OLVIDO


Saber bien qué es lo que no recuerdas, ¿es eso el olvido, no? Porque lo otro es simplemente desmemoria, una deficiencia del cerebro que va dejando en la penumbra del conocimiento un sinfín de cosas, de manera aleatoria y sin consciencia alguna de lo que se está yendo. En cambio, el olvido debería ser voluntario, consciente y selectivo.

Así fue como te olvidé. Con la claridad de saber quién eras tú y tu sonrisa, cómo era tu voz y los pliegues de tu cuerpo; así te fui haciendo a un lado de mi memoria. Y estaba resultando un éxito. Ya no recordaba tus ojos claros, ni tu frenesí amoroso; ni el olor de tu cuello en la mañana, ni la somera concreción de las palabras que viajaban con tu voz.

Hasta que volviste hoy, a través de electrones y vibraciones electromagnéticas. Creo que olvidé apagar esas redes sociales que eventualmente podían conectarme contigo.