miércoles, 2 de julio de 2008

Coacalco. Guía de sobrevivencia para automovilista

Estimado visitante de provincia, querido vecino chilango:

Usted que tiene que cruzar por la Vía José López Portillo y crea que la fama pública de tal ex presidente oriente a ciertas personas a actividades de robo y extorsión, piénselo bien. Porque tiene usted razón. Esta avenida, particularmente en la zona de Coacalco está bajo el control de dos de las mafias más poderosas en el Estado de México: las policías municipal y de tránsito de Coacalco de Berriózabal.

Sin embargo, no todo es tragedia y sirvan estas líneas como una guía, sino para hacer más placentero su paso por esta congestionada vía, sí para salir con vida y dinero de ella. Por favor, siga con atención las siguientes indicaciones:

  • En Coacalco no es penado el pasarse los altos, dar vueltas prohibidas ni embestir a otros vehículos. No, la policía de este municipio ya rebasó esa fase primitiva de la seguridad y está más preocupada por las cuestiones ambientales y jurídicas. Circular el día que no le toque, no traer la calcomanía de la verificación; esas si son faltas graves y peligrosas. Seguramente por eso son más altas las multas correspondientes; y sus primas hermanas, las mordidas.
  • Por lo anterior, revise el calendario y su reloj antes de ingresar a esta ex hacienda. También revise detenidamente su automóvil para verificar que ninguna de las calcomanías está borrosa, que sus luces y parabrisas están como salido el carro de agencia; que ese día y a esa hora, las autoridades capitalinas le han permitido ejercer su derecho al libre tránsito, consagrado en la constitución.
  • Si no es así, tenga usted mucho cuidado. En los tiempos en que el PAN gobernaba el municipio era común ver a los policías ganándose de dos mil a tres mil pesos por permitir continuar su camino un día Viernes a un vehículo nuevo proveniente de provincia, cargado con la familia del conductor visitante. De lo contrario, el coche sería llevado al corralón y: “pues a esta hora, yo creo que hasta el Lunes va a poder pagar la multa y sacarlo. ¿Trae sus maletas? Chéquele bien, si no para conducirlo de una vez al corralón”.
  • Pero esos tiempos de caos ya se terminaron, el PRI ha tomado el control del municipio, gracias a la afición por el dinero y las armas de los panistas hoy defenestrados. Ahora no va a ver usted a un policía en la calle recibiendo dinero cuando el castigo implica llevar el auto al corralón. Ahora hay organización; los policías lo llevan con todo y familia a un corralón en una avenida llamada Eje 8, en el que ciertamente se encierran los autos. En un despliegue de eficiencia, el corralón no obliga a los policías a quedarse a levantar su reporte ni tiene una caja que expida recibos por el pago de multas. Los policías reciben una ficha y son anotados en una lista (quizás para premios a la productividad) y de inmediato se retiran para buscar otro vehículo que llevar al corralón. Ya ahí puede usted negociar, ora sí que en lo oscurito, con el jefe en turno, encerrado en una oficina poco iluminada a la que se llega a través de una salita en la que policías armados cuentan sus piadosas aventuras. Y si es tal el empeño que los policías ponen en su trabajo que el pequeño lote se empieza a llenar, otro policía sale a conversar con los conductores para ayudarlos a recuperar sus vehículos. ¡Fin a la corrupción! Bueno, en la calle, a la vista de todos; ahora es en un recinto oficial, con guardias armados.
  • ¿Cómo evitar estas incomodidades? Le recomiendo viajar en una camioneta de carga habilitada con unas tablas para el transporte infrahumano, pintada de blanco, con distintivos de alguna agrupación de colectivos, TUMAC y Transportes Victoria son buenas opciones. Quítele placas y cualquier calcomanía que identifique al vehículo, deje su licencia de conductor en casa y súbale todo el volumen a las canciones del “Gallo de Oro”, de “Nigga” o lo que se oiga más duro. Ignore los altos, deténgase un minuto en la salida de alguna calle y si puede beberse una caguama o fumar un cigarrito de marihuana antes de salir, mucho mejor. En ocho años no he visto una sola camioneta colectiva que haya sido detenida por los policías de este municipio. Y los entiendo, ¿qué licencia les infraccionan si no traen? ¿qué placas les quitan si ni siquiera las han tramitado en los años que tiene circulando la camioneta?