Ahora que el PRD anda de amiguito
del PAN, y no es improbable que un día lo haga con el PRI[i],
podría copiarles algunas cosas, que uno esperaría del lado izquierdo del
espectro político.
En esta confusión y autonegación
de ideologías, vemos un PRD que es rebasado con facilidad por sus enemigos
históricos e ideológicos. Por una parte, hay gente el PRI más consciente de lo
que significa el PAN, cosa que el PRD ignora o finge no saber. En entrevista
para Proceso, César Augusto Santiago, militante príista de medio siglo, que ha
escrito libros sobre este partido, recuerda que el PAN fue creado como
oposición al proyecto progresista de Lázaro Cárdenas, que “esa es la razón de
ser de ese partido” (Olmos, 2016) .
Incluso el candidato panista
ganador de la gubernatura de Chihuahua, sin alianza con el PRD, declara que entiende la posición de López
Obrador “para no hacer coaliciones con el PRI y para ser congruente”; aunque
por supuesto y de manera muy consecuente, manifiesta sus diferencias. No en
balde milita en un partido en el extremo contrario del espectro político (Mayorga, 2016) .
Del lado de izquierda es dónde no
percibimos autocrítica ni, mucho menos, una definición clara como opción
política. Si bien su estrategia de alianzas posicionará a los dirigentes del
PRD dentro de la clase política del país, al pueblo le darás los mismos
resultados que haber votado por el PAN o por el PRI. Un ejemplo temprano: “su”
candidato ganador en Veracruz, un príista abanderado por el PAN, ya declaró que
pondrá un militar, que le recomiende la Secretaría de la Defensa Nacional, al
frente de la seguridad pública; una medida plenamente entendible en un
derechista, que llegó al poder por el PAN, y que en consecuencia privilegia el
orden. Difícilmente se podrá argumentar que esta medida es de izquierda, en una
entidad que ha padecido la violencia de estado, incluso con la presunta
violación de una anciana, por parte de militares.
El PRD ha sido rebasado
electoralmente por Morena en varios lugares, por la realidad en varios estados
y ahora incluso en la congruencia del discurso por los enemigos históricos e
ideológicos de la izquierda. Desdibujada su ideología, se puede convertir en
una máquina de puestos políticos para sus dirigentes y para los políticos de
otros partidos que no alcanzan allá las posiciones que buscan. Seguramente la
dirigencia del PRD argumentará nuevamente que esta estrategia permitirá quitar
primero al PRI, a la vez que se van conquistando pequeñas posiciones, en
oposición a la megalomanía de López Obrador; y que un día no muy lejano, se
alcanzará la justicia social. Por desgracia, la realidad no es buena aliada de
los líderes del PRD. Una y otra vez han llevado príistas al poder y los
resultados han sido desastrosos en la mayor parte de los casos. Bueno, para los
ciudadanos, porque a ellos les ha ido muy bien. No tienen razón para hacerlo
distinto.
Referencias
Mayorga, P. (12 de Junio de 2016). César Duarte a
juicio. Proceso, 22-23.
Olmos, J. G. (12 de
Junio de 2016). El PRI, un partido mudo, sin idelología. Proceso,
12-14.
[i] Al
menos en la elección municipal de San Miguel Allende, en 2012, el PRD fue en
alianza con el PRI y con el Partido Verde.
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